"Claudia está despierta en la cama a altas horas de la madrugada. En la mesilla hay un objeto que llaman Moon Tiger. El Moon Tiger es una espiral verde que se quema durante toda la noche para repeler los mosquitos y va dejando un largo rastro de ceniza gris. Su brasa es un ojo que te hace compañía en la oscuridad caliente y ronca de insectos. Claudia no piensa en nada, solo existe, satisfecha en la totalidad de su cuerpo. Otro centímetro de la espiral cae al platillo."
La anciana Claudia Hampton, mientras agoniza ingresada en un hospital, evoca su vida y reflexiona sobre los grandes acontecimientos de la historia. Un hábil juego de narradores y una estructura en espiral, de la que es símbolo y representación el Moon Tiger que da título al libro, permiten ir conociendo progresivamente la vida de Claudia. Y el lector descubre el secreto más hondo de su existencia, un secreto que desconocen todos los demás personajes. Por eso tienen de ella una visión incompleta y, en cierto modo, injusta. En cambio, el lector establece una complicidad inevitable con Claudia Hampton.

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