Harriet se publicó en 1934 y narra unos hechos ocurridos en 1877. El lector actual tiene la impresión de que las dos fechas son muy distantes. Sin embargo, cuando Elizabeth Jenkins escribía la novela, algunos de los participantes en el caso estaban aún vivos. El principal responsable de los hechos, Louis Stauton (el Lewis Oman de la novela) murió el mismo año en que se publica Harriet. Para Elizabeth Jenkins y para sus primeros lectores, la tragedia de Harriet Richardson (Harriet Woodhouse, en el libro) estaba aún muy próxima. Y para los lectores de hoy también, porque la historia de Harriet podríamos encontrarla entre las páginas de cualquier periódico de ahora. Una historia de crueldad y abuso sobre una persona discapacitada perpetrada por otras personas normales. La maestría narrativa de Elizabeth Jenskins logra transmitir toda la angustia y el dolor que provoca esta historia. Su lectura es un buen antídoto contra la indiferencia.

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