Marguerite Yourcenar publicó El tiro de gracia en 1938, cuando Europa se asomaba al abismo de la II Guerra Mundial. Para trazar su argumento, la escritora belga rescató un episodio de la conflagración anterior, ocurrido en las postrimerías del conflicto, un momento difuso en una geografía imprecisa: los últimos meses de la I Guerra Mundial en el Báltico. Un final de la guerra que se funde y se confunde con la Revolución rusa, las sublevaciones espartaquistas alemanas y el brote del protofascismo violento de los Freikorps. En este fondo, Yourcenar despliega una lucha de amor y muerte, deseo y violencia en la penumbra moral de una época en crisis. Yourcenar emplea el recurso clásico de la confesión del protagonista: Eric von Lhomond. Sin remordimientos, con la frialdad del mercenario, recuerda las semanas pasadas en Kratovicé, al mando de un destacamento antibolchevique. El cuartel general se instala en la mansión señorial perteneciente a su segundo en el mando, Conrad. Allí se reencontrará con la hermana de Conrad, Sophie. Y desde ese momento se establece, no un triángulo amoroso como se ha escrito en alguna ocasión, sino una cadena de pasiones: la que une a Lhomond con Conrad (distante, hermoso, indiferente) y a Sophie con Lhomond. Sophie, enamorada y despreciada, se unirá a las filas bolcheviques. El tiro de gracia, pese a su escenario bélico, es una novela de interiores: salones transformados en cuartos de banderas, habitaciones frías, sótanos sórdidos son el escenario de una drama de deseos insatisfechos, de pasiones sin otra salida que la de la muerte. Y aunque Eric von Lhomond dignifica su miserable comportamiento con la retórica mentirosa de una épica sin brillo ("Kratovicé volvía a ser lo que había sido en tiempos que creíamos caducos: un puesto de la Orden Teutónica, una ciudadela avanzada de Caballeros Portadores de Espadas."), su relato no engaña al lector, que cierra el libro con la sensación de haber leído la confesión de un criminal.
Marguerite Yourcenar nació en Bruselas en 1903. Nacida en una familia aristocrática, recibió una sólida formación en lenguas clásicas. En 1937, se trasladó a los Estados Unidos, país en el que residió hasta su muerte. La vida de Marguerite Yourcenar es una vida dedicada a a la literatura. Además de sus traducciones de Virginia Woolf o Henry James y ensayos sobre Cavafis o Mishima, también cultivó, como escritora, los más diversos géneros. Novelas como Alexis o el tratado del inútil combate, El denario del sueño, Opus nigrum, Memorias de Adriano; relatos como Cuentos orientales, Fuegos, Como el agua que fluye; libros de memorias como Recordatorios y Achivos del Norte o los ensayos reunidos en A beneficio de inventario.
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