En 1929 Elizabeth Bowen publicó El último septiembre. La acción de la novela se sitúa en Danielstown, una mansión señorial de Cork, a finales del verano de 1920. Su autora regresa a la Irlanda que conoció en su infancia, a un ambiente social que fue el suyo hasta se instaló en Inglaterra, a principios del siglo XX. Porque los Bowen formaban parte de la aristocracia angloirlandesa, formada por terratenientes de religión protestante, establecidos en la isla desde generaciones y pilares de la dominación inglesa sobre la población católica. A este grupo pertenecen los personajes de la novela: Sir Richard y lady Naylor, los Montmorency, Lois Farquar... La formalidades y rituales de la vida social ocupan buena parte de los intereses vitales de los personajes, solo que, en el momento histórico en que se desarrolla el relato el mantenimiento de los ritos de casta se hará imposible: es la época de los "Disturbios", de la enconada lucha de los nacionalistas irlandeses contra el ejército británico. Aislados tras los muros de sus grandes propiedades, primero con cierto malestar, luego con asombro, verán como la furia de la lucha -de la que son parte, aunque no sean conscientes de ello- los expulsa de su paraíso particular. El último septiembre cuenta el fin de una época y el fin de una clase.
Elizabeth Bowen (Dublín, 1899-Londres, 1973) está considerada como una de las escritoras más relevantes de la literatura inglesa del siglo XX. Nacida en Irlanda, su formación, intelectual y su labor literaria se desarrollarán en Inglaterra. Retornará a Irlanda en 1952, instalándose en la mansión familiar, Bowen's Court.
En español, Pre-Textos editó su gran novela Una casa en París y Siete inviernos, preciosa evocación de su infancia en Dublín. Impedimenta ofrece a los lectores La muerte del corazón y El fragor del día. Finalmente, El último septiembre ha sido publicado por El Acantilado.
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