martes, 22 de abril de 2014

Día del libro. Día del lector



Durante más de cincuenta años, el fotógrafo húngaro André Kertész reunió decenas de instantáneas en las que aparece un único motivo: gente leyendo. Son fotos de niños y de adultos, de jóvenes y de viejos, de hombres y de mujeres, de la más diversa procedencia y de cualquier condición social. Solos o en grupo, todos tienen un libro o un periódico en las manos. 
En 1971 se publicó On reading. Un homenaje a los lectores.

domingo, 20 de abril de 2014

El último septiembre de Elizabeth Bowen

En 1929 Elizabeth Bowen publicó El último septiembre. La acción de la novela se sitúa en Danielstown, una mansión señorial de Cork, a finales del verano de 1920. Su autora regresa a la Irlanda que conoció en su infancia, a un ambiente social que fue el suyo hasta se instaló en Inglaterra, a principios del siglo XX. Porque los Bowen formaban parte de la aristocracia angloirlandesa, formada por terratenientes de religión protestante, establecidos en la isla desde generaciones y pilares de la dominación inglesa sobre la población católica. A este grupo pertenecen los personajes de la novela: Sir Richard y lady Naylor, los Montmorency, Lois Farquar... La formalidades y rituales de la vida social ocupan buena parte de los intereses vitales de los personajes, solo que, en el momento histórico en que se desarrolla el relato el mantenimiento de los ritos de casta se hará imposible: es la época de los "Disturbios", de la enconada lucha de los nacionalistas irlandeses contra el ejército británico. Aislados tras los muros de sus grandes propiedades, primero con cierto malestar, luego con asombro, verán como la furia de la lucha -de la que son parte, aunque no sean conscientes de ello- los expulsa de su paraíso particular. El último septiembre cuenta el fin de una época y el fin de una clase.

Elizabeth Bowen (Dublín, 1899-Londres, 1973) está considerada como una de las escritoras más relevantes de la literatura inglesa del siglo XX. Nacida en Irlanda, su formación,  intelectual y su labor literaria se desarrollarán en Inglaterra. Retornará a Irlanda en 1952, instalándose en la mansión familiar, Bowen's Court. 
En español, Pre-Textos editó su gran novela Una casa en París y Siete inviernos, preciosa evocación de su infancia en Dublín. Impedimenta ofrece a los lectores La muerte del corazón y El fragor del día. Finalmente, El último septiembre ha sido publicado por El Acantilado.

sábado, 19 de abril de 2014

De visita de Maeve Brennan

De visita es la única novela de Maeve Brennan. Publicada póstumamente, se supone escrita a mediados de los años 40, cuando su autora comenzaba su carrera como redactora de The New Yorker. Obra primeriza, pero no por ello inmadura. De visita narra un intenso drama afectivo. Es la crónica de un retorno frustrado, el de su protagonista, Anastasia King, que vuelve a casa de su abuela paterna en Dublín. Durante seis años ha vivido en París, donde se refugió su madre tras abandonar a su marido. En la católica Irlanda no había divorcio ni cosa parecida. Tras la muerte de su madre, Anastasia busca reencontrar el amor y el apoyo de la única pariente que le queda en el mundo. Vuelve a Dublín porque no tiene ningún otro sitio al que regresar. Pronto descubrirá en su abuela una resentimiento incesante. Admite en su casa a Anastasia, pero solo temporalmente. No perdona en la nieta la huida de la madre. En realidad, De visita es la crónica de una venganza. A lo largo de sus pocas páginas, hay momentos de fuerte dramatismo. Sorprende que Maeve Brennan olvidará en un cajón una obra así.

Maeve Brennan (Dublín, 1917-Nueva York, 1993) llegó a los Estados Unidos en 1938. Su padre, Robert Brennan, fue el primer embajador en Washington de la Irlanda libre, cargo que ocupó hasta 1947. Pero Maeve Brennan no regresará a Irlanda. Se quedará el resto de su vida en Nueva York, escribiendo para revistas como Harper's BazaarThe New Yorker. 
En español, además de De visita, publicada por Lumen, la editorial Alfabia ha editado Crónicas de Nueva York y la colección de relatos Las fuentes del afecto.

martes, 15 de abril de 2014

Favorita de los dioses de Sybille Bedford


Favorita de los dioses es una novela de mujeres. De tres mujeres, tres generaciones de una familia. La primera es Anna, rica y culta norteamericana, que se casará con un príncipe italiano. Generosa, recta, su educación puritana le impedirá transigir con la ambigüedad moral de una sociedad formalmente católica y arruinará su matrimonio. Su hija Costanza, apartada por Anna de su Roma natal, se educará en Londres y vivirá con independencia de criterio, eligiendo en todo momento ser libre y leal consigo misma. Su hija Flavia, la narradora de la novela, es ya una mujer actual. Ambientada entre el final del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, Sybille Bedford dibuja un personaje inolvidable, el de Costanza, y lo convierte en el emblema de todas las mujeres que en aquella época avanzaron decididas hacia una emancipación total.

Sybille Bedford (Charlottenburgo, 1911-Londres, 2006) nació y vivió sus primeros años en Alemania. Tras la muerte de su padre, residió con su madre en Italia, Francia e Inglaterra, en un ambiente cosmopolita y en contacto con las corrientes literarias del momento. Tuvo una formación autodidacta y creció en un ambiente vital libre, que se reflejará en su obras. Edhasa publicó en español Favorita de los dioses y Un error de orientación; Belacqva, Arenas movedizas (autobiografía) y Salamandra, Fragmentos de vida (también publicada por Versal con el título de Mosaico).

domingo, 6 de abril de 2014

La leyenda del Santo Bebedor de Joseph Roth


Joseph Roth murió el 27 de mayo de 1939. Poco antes había concluido su último relato: La leyenda del Santo Bebedor, considerado por la crítica como una obra maestra. Su protagonista, Andreas Kartak, es un clochard que vive bajo los puentes de París. Un desconocido benefactor, devoto de la Santa Teresita de Lisieux, le regala 200 francos y, ante la puntillosa renuencia de Andreas a aceptarlos, le impone la obligación de devolverlos en la capilla de Sainte Marie des Batignolles. Aunque Andreas intenta cumplir su promesa, siempre se gasta el dinero bebiendo con mujeres y viejos amigos, a los que encuentra casualmente. Pero, a cada caída de Andreas en las tentaciones del mundo, le sucede siempre un nuevo milagro, una nueva oportunidad para cumplir su palabra. Como en una leyenda hagiográfica medieval o en un relato hasídico de su Galitzia natal, el narrador cuenta esta sucesión de prodigios con total naturalidad, con un ingenuo tono amable, comprensivo con las debilidades del protagonista; mostrando la actitud humilde de quien comparte con su prójimo los mismos errores y las mismas miserias. Porque en Andreas Kartak hay mucho de Joseph Roth. Como su personaje, Joseph Roth procedía de la Europa del Este y había encontrado refugio en París. De origen judío, había nacido en Brody, en la parte de Galitzia perteneciente al Imperio austrohúngaro, un mosaico de pueblos, lenguas y religiones, en la que los judíos eran una minoría más. La caída de los Habsburgo fue sentida por Roth como una tragedia, como el principio de una fuga sin fin que solo terminaría con la muerte. Quizá por eso Joseph Roth fue acumulando identidades contradictorias a lo largo de su vida: monárquico y revolucionario, judío y católico converso, nostálgico del shtetl y cosmopolita. El triunfo del nazismo le empujó al exilio. Vivió sus últimos años escribiendo para publicaciones alemanas de la emigración, en contacto con otros exiliados y consumido por el alcohol.  "Denos Dios a todos nosotros, bebedores, tan liviana y hermosa muerte". Poco después de escribir estas palabras, Joseph Roth murió en París.