Silencio de Shûsaku Endô puede leerse -al igual que su novela El samurái- como un análisis del encuentro o desencuentro entre Oriente y Occidente, un choque entre mentalidades y culturas antagónicas. Con la llegada de los portugueses a la India se inició una era de descubrimientos e intercambios comerciales, pero también de conquista y dominación europea sobre los pueblos asiáticos. Japón se defendió de esta intromisión occidental cerrando sus puertos al comercio extranjero -con la excepción de los holandeses- y extirpando violentamente las comunidades cristianas establecidas por los jesuitas. El expansionismo misionero del catolicismo contrarreformista cae derrotado ante la decidida voluntad del shogunato Tokugawa de mantener el Japón a salvo de toda influencia extranjera. En la novela de Endô, las peripecias del padre Sebastián Rodrigo, agente misionero clandestino en tierras niponas, representan la derrota del catolicismo militante y el fracaso de la intromisión europea en tierras lejanas y ajenas.
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