La trama de La plenitud de la señorita Brodie no
tiene nada de especial: la profesora de una escuela femenina en Edimburgo, Jean
Brodie, aglutina en torno a su persona a un pequeño grupo de alumnas leales, a
las que pretende educar para la vida. Jean Brodie –inspirada en una profesora
real que tuvo Muriel Spark- es el tipo
de mujer que, durante el periodo de entreguerras, buscaba definir, no sin
contradicciones, su función social. El gran valor de esta novela lo aporta el
juego del narrador omnisciente que anticipa de continuo el futuro de los personajes,
porque con este uso inteligente de la prolepsis se pone en evidencia lo inútil
que es todo intento de programar la vida de otras personas.
Muriel
Spark (1918-2006) fue una de las escritoras británicas más galardonadas por una
prolífica obra en la que cultivó los más diversos géneros, si bien debe su fama
al estilo irónico e ingenioso de novelas como Los solteros, Las señoritas
de escasos medios (publicadas en Impedimenta), El asiento del conductor (Contraseña), Muy lejos de Kensignton (Alfaguara) o Memento mori (Plataforma Editorial). Convertida al catolicismo,
vivió desde 1954 en Florencia.