Jessie Burton (Londres, 1982) debutó en el mundo de las letras con La casa de las miniaturas, una novela de la que se han vendido miles de ejemplares, traducida a casi cuarenta idiomas y de la que se prepara una serie en la BBC. Un éxito más que justificado, porque La casa de las miniaturas es una muy buena narración. Ambientada en la Ámsterdam del Siglo de Oro holandés -una ciudad y una época literariamente muy interesantes-, Jessie Burton construye una intensa trama de secretos, ambiciones, sentimientos e intrigas en torno al personaje de la joven Nella Oortman. Recién casada con un rico comerciante al que casi no conoce, se integrará en la puritana sociedad de los ricos comerciantes del Herengracht e irá descubriendo un mundo de imposturas y simulaciones, máscaras y miniaturas que ocultan una cruda realidad. La novela de Burton tiene muchos ingredientes de los folletines del siglo XIX y eso, lejos de ser un demérito, es sin duda uno de sus mejores aciertos. Jessie Burton maneja con un talento notable los mecanismos de la intriga y del suspense narrativo. Y ofrece al lector una buena historia. Lo que no es poco.