Frank V es una de las grandes obras del escritor suizo Fiedrich Dürrenmatt. Como reza su subtítulo, Frank V es una "Comedia de una banca privada". La comparación con La ópera de cuatro cuartos de Bertolt Brecht es inevitable; no solo por su forma, en la que se integran formas del musical y del cabaret, sino por su discurso ideológico: en las dos obras se desvela ante el espectador el reverso oculto tras las apariencias y se descubre los mecanismos de una sociedad delincuente. Frank V es, quizá, más pesimista. Y sin duda con razón. La podredumbre que esconde la "banca privada" en la obra de Dürrenmatt no puede sino traer a la memoria el intolerable expolio que los gestores del sistema financiero español han perpetrado en los últimos años. Tenía razón Bertolt Brecht: "Qué es robar un banco comparado con fundarlo".
jueves, 27 de febrero de 2014
miércoles, 5 de febrero de 2014
La playa de Cesare Pavese
Cesare Pavese (1908-1950) ofrece en La playa un pequeño manual de introspección psicológica, una gramática de los sentimientos en conflicto. Lo hace a través de la mirada del personaje narrador, un joven profesor universitario que cuenta la imposible recuperación de una amistad de juventud. Tras años de distanciamiento, el narrador recupera el contacto con su viejo amigo Doro. Juntos vuelven a su tierra y viven momentos como los de antaño, plenos de alegría despreocupada y de diversión. Pero el reencuentro es solo una ilusión. Reanudan la convivencia cuando el narrador acepta pasar las vacaciones con Doro en algún lugar de la costa de Liguria. Conocerá a Clelia, la joven y hermosa esposa de Doro y a los amigos genoveses de ambos. El narrador advertirá pronto una soterrada tensión en el joven matrimonio. Un Doro distante, esquivo y una Clelia tensa, retraída en medio del descanso y las diversiones del verano, siempre en compañía de amigos, ofrecen al narrador un constante motivo de preocupación. Un narrador cuyo perfil de hombre inadaptado, aislado entre los demás, atento a la belleza y al encanto femeninos pero nunca amado, tanto se parece al del propio Pavese.
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